Los candidatos independientes, representan un revulsivo para el sistema democrático mexicano, si bien la mayoría de ellos no han logrado tener un seguimiento importante en el número de electores, han dado la posibilidad real a todos los mexicanos, que puedan aspirar a un cargo de elección popular.
Dada la imposibilidad de contender en un partido tradicional, donde lo habitual en estos institutos políticos es desconocer a las bases de militantes, y servirse de ellas solo para el acarreo en la signatura electoral, la opción ciudadana deja “respirar” y desajusta el estrecho “cuello de botella” en la participación política a nivel de funciones públicas que es la aspiración legítima de todo recurso humano.
El Jalisciense Pedro Kumamoto es el político independiente mejor evaluado ante la opinión pública a nivel nacional, logró un escaño como diputado en el congreso local y entre sus acciones destacan el haber renunciado al 70% de su salario y su propuesta fue aprobada en la reforma electoral “Sin voto no hay dinero”, con la que se redujo el financiamiento a los partidos políticos de Jalisco y demostró que los recursos financieros no son obstáculo, ya que el con el uso de las redes sociales logro posicionarse en esa función, y hoy lucha por la Senaduría.
Jaime Rodríguez “El Bronco” en su paso por Nuevo León arrasó en las elecciones para gobernador, pero a nivel nacional no tiene el mismo impacto que en lo local, pero igualmente logro un hito en la historia, un parteaguas en la vida política del país, que es lo significativo, donde la política nunca volverá a ser igual.
Fue en la época Porfiriana en el año de 1892 cuando Nicolás Zúñiga Y Miranda decidió contender por la presidencia de la republica, desafiando ni más ni menos que al Presidente Porfirio Díaz que había gobernado desde 1876. Zúñiga participo en las elecciones presidenciales de ahí en adelante cada cuatro años.
Este año electoral es el primero que cuenta con la figura independiente en busca de la presidencia de la republica, se ve difícil, o más bien imposible que los 2 candidatos que contienden, Margarita Zavala y Jaime Rodríguez puedan llegar a la meta que se trazó Zúñiga desde hace casi 150 años.
El hacer acto de presencia en este periodo electoral, es lo más rescatable de parte de dichos actores políticos, habiendo llegado de una manera cuestionable pero que abre la puerta en lo sucesivo a quienes habrán de presentarse en un futuro.
Lo lamentable sería que declinaran por alguno de los contendientes que estén mejor posicionados, como se ha especulado, ya que le quitaría credibilidad a esta figura, dado el creciente desencanto de la ciudadanía en los partidos políticos, casi convertidos en franquicias, se verá próximamente si realmente son o no son independientes.
En el reciente debate, por un lado fue muy discreta Margarita Zavala en sus intervenciones y Jaime Rodríguez quiso ser protagonista con su propuesta de “mocharle la mano a los ladrones” e invadió el espacio de López Obrador para retarle, junto a los demás, que renunciara a los recursos electorales.
Por otro lado mostraron oídos sordos los candidatos, al negarse a exponer sus planes de trabajo de cara al ciudadano, donde se supone que esa es la naturaleza del debate y en cambio abundaron los ataques dirigidos sobre todo a López Obrador, y aunque si realizaron un breve análisis de lo que acontece en el país, no aportaron una metodología para resolver la problemática planteada, más bien fueron solo intenciones pero no soluciones lo que expusieron.
El formato no se prestó para desenvolverse ampliamente, pero el mayor aporte fue apreciar la personalidad de cada presidenciable y analizar que es lo que están privilegiando: ¿el dialogo, las ideas, la unidad o la disputa? esa forma de proceder contra sus rivales es muy probable que sea la misma ya estando en el ejercicio del poder y visualizarlo eso no es para menos.
Tenga un excelente día querido lector nos leemos la próxima.
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