Sabadito lindo, día de baño como decían los viejos de antes pues era el propio
para tal detalle que por cierto me caía gordo porque toda la ropa estaba almidonada que difícilmente se arrugaba y con la orden de no ensuciarse porque de lo contrario santa madriza que nos ponían aparte de mandarnos a la cama sin probar alimento, el otro día era el lunes pues nos mandaban a la escuela todo vestido de blanco y chorreando la brillantina Glostora o la Palmolive famosas en esos tiempos.

Ah y sin olvidar los domingos a las cuatro de la tarde había que ir a La Doctrina que ofrecía el Padre Isaías García o las hijas de doña Paula Pereyda de Cabrera, una señora alta, robusta, chiapaneca y muy entrona para la política que por cierto cada acostada o levantada del Niño Dios obsequiaba dulces y daban de cenar unos tamales muy al etilo de su tierra sin faltar los ricos buñuelos con chocolate.

La canción religiosa que cantaban era aquella que más o menos decía “niñito bueno, Niñito dios, te vengo a ver, lleno de gozo y de placer”.

En fin era de “aguevo ir” si no a dormir temprano sin jugar a La Roña, al timbeis, al Trompo o a los bandidos.

Por cierto enfermó de un mal que la obligaba a mantener en movimiento las manos y como siempre así se encontraba golpeando los brazos del sillón la raza de aquellos años le puso La Telegrafista.

Doña Paula era una señora admirable y fue quien trajo a Llera los tamales con hojas de plátano que se estilan mucho allá por el sur de México.

Agradable fin de semana para que cargue sus tiliches en el carro y con toda su familia se vengan a divertir y a bañarse en las frescas aguas del Guayalejo,
concretamente al lugar conocido como La Peñita o si lo prefiere El Real de
Guadalupe o Zaragoza donde podrá disfrutar de un alegre sabadito lindo.

Ahora bien puede visitar El Nacimiento del Río Sabinas allá por el poblado
El Encino rumbo a la sierra y en veinte minutos estará gozando de las delicias
naturales de ese lugar y si tiene valor también podría meterse a la caverna de
donde sale el agua cristalina y fresca que da vida al río en cuestión.

A propósito El Real de Guadalupe tiene su historia pues fue en este lugar donde acampó mi compadre José de Escandón y Helguera antes de fundar la Villa de Llera y después el resto de los pueblos que dieron vida al Estado de Tamaulipas.

En fin usted vengase que no se va a arrepentir.

Para concluir vaya el siguiente comentario:

En cierta ocasión un viejo leñador cuyo único recurso para sobrevivir era la
practica de su oficio, trabajó tanto cierto día para cortar leña, atarla y cargarla, qué extenuado en el camino, llamó a gritos a la muerte.

¡Acaso no la tenía ya encima de sus espaldas!

La muerte llegó más pronto en que canta un gallo y le dijo.

Aquí estoy, ¿En que puedo ayudarte?

Mirándola con temor, el anciano musitó:

Te llamé, señora, para que me ayudaras a llevar esta carga.

No c……. Como decía doña Lencha que en paz descanse.

HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE