Ayer hicimos mención a la mortandad de peces en la laguna de Altamira y decíamos que no se sabía el porqué de esta mortandad aunque señalábamos la presencia de una buena cantidad de fábricas en toda la región de Altamira, Tampico y Madero al presumir que eran estas las que estaban provocando un desastre ecológico pero la autoridad que investiga la muerte de peces asegura que al bajar los niveles de agua se incrementa la salinidad de la laguna pero resulta que no es la primera vez que esto sucede y jamás se había presentado algo parecido por esa región por lo que debería de investigarse más a fondo el problema ya
que de no hacerlo con el tiempo podría dar al traste con todos los proyectos industriales y turísticos del sur de Tamaulipas…. digo.

Carajos, no es la primera vez que escribimos sobre la falta de trabajo dentro y fuera del centro de Tamaulipas al grado que ya comienza apreciarse sus efectos al ver como una buena cantidad de familias buscan los espacios de los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá para sobrevivir por lo que sería bueno que los gobiernos en sus tres áreas buscaran las formas de evitarlo y para lograrlo no hay de otra como decían los viejos de antes el mal con el propio mal se cura pero ¿dónde está el dinero?.

A propósito todavía a finales del siglo pasado el municipio de Llera se caracterizaba por sus muchas hectáreas de aguacate y pagua sembradas en la región pero su producción ha ido paulatinamente disminuyendo al grado que son pocas huertas las que quedan de esta riquísima fruta como sucede también con la naranja y el limón agrio, con el nopal, él jacubo y el pitayo, la pomela, la caña de azúcar, el mezquite, el guamuchil y el limón dulce que no faltaban en la mesa; el chayote, el ajo, cilantro, tomate y cebolla eran utilizados en el sabroso caldo de res, en fin había todo para comer y cuando se le ocurría pollo bastaba solo con ir al gallinero y sacar de ahí una gallina o gallo, torcerles el pescuezo y la señora de la casa se dedicaba a cocinarlo.

En fin había todo para comer e incluso mandarle a la vecina un platito de comida pero todo eso se acabó desde el momento mismo que entró la modernización que dieron fin a las viejas costumbres.

Bueno hasta los juegos como el billar, la roña, el timbeis, las escondidas, las canicas, el trompo, las comiditas, los teléfonos de bote e hilo y los encantados se acabaron….. hoy si no tienes un celular o un televisor estás jodido, incluso hasta las piñatas están pasando a la historia.

Finalmente debo recordar que la única línea de autobús que llevaba gente a Ciudad Victoria- Llera- Ciudad Mante era un viejo camión de color rojo razón por la cual lo bautizaron como El Rojo y cuando no podía subir una loma o se descomponía el pasaje tenía que bajarse a empujarlo o de lo contrario no podíamos llegar a nuestro destino en la inteligencia que solo realizaba un viaje por día…. a las ocho de la mañana pasaba por Llera y regresaba hasta las
cuatro de la tarde sin olvidar que el pasaje cuando se llenaba hasta el tope y no había lugar adentro se trepaban al techo del bus y ahí viajaban asegurando orgullosamente que era de lujo porque iban en el segundo piso como los modernos Flecha Roja y Transporte del Norte que nunca nos tiraban un p… por lo que en ocasiones cuando don Carlos Zapata iba a Ciudad Victoria le pedíamos un aventón a cambio de veinte centavos pero este señor hacia dos o tres paradas durante el viaje, se orillaba y esperaba media hora dizque para que el motor no se
calentara y se enfriaran las llantas.

En fin así se viajaba en los años cincuenta del siglo pasado cuando el pasaje en autobús si mal no recuerdo costaba un peso con sesenta centavos de Llera a Victoria o al revés volteado.

HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE