Antorcha Campesina

Llegó de fuera

Por: Carlos Martínez leal, 05-08-2020 .

No fue una sorpresa, fueron varias las formas, las fuentes, las evidencias de que tarde o temprano estaría en el país. Incluso desde la esfera gubernamental se alardeó sobre su inminente llegada, la cual no les tomaría por sorpresa, pues estaban preparados.

Se manipularon datos, cifras, hechos para crear una atmósfera de que su llegada venía no ha perjudicar sino a demostrar que como mexicanos pobres somos “inmunes” a su contagio, pues es sólo un mal que aqueja a los del dinero. Se especuló que una vez que llegara a México, sería cuestión de días, si acaso una semana, para conocer su verdadera trascendencia en la situación del país.

Hubo voces críticas de que se hacía a un lado lo que venía empezando a afectar a los trabajadores mexicanos, al pueblo humilde, qué debía ser el principal interés de quién prometió, si le daban el voto, ponerlos en el primer plano de su gobierno. Se desestimaron esas voces, se desautorizaron y se ha seguido insistiendo en que se tienen “otros datos”, y que lo principal es lo principal.

Llegó el que venía de lejos, llegó de fuera y ha cimbrado al país; la economía ya en declive se ve afectada como nunca antes en la historia del mismo, se refleja en la población económicamente activa y en los trabajadores informales, así como en el pueblo en general. Pero el presidente insiste en que su llegada nos “benefició”.

La inversión extranjera privada, la nacional, no están llegando, y si no hay inversión, no hay empleo y esto está arrojando más mexicanos a la calle, al infortunio, a quedar expuestos e inermes, pero esto no preocupa al presidente, ni a su “partido Morena”, quienes se han negado sistemáticamente a implementar medidas: un programa de alimentos, de apoyos económicos tanto a la inversión (diferir impuestos, otorgar créditos, medidas contracíclicas) como a los que trabajan menos tiempo, los que perdieron o están por perder el trabajo, los que están en la informalidad, a todos ellos con un ingreso universal; es más se han negado incluso a incluir el punto en el orden del día de la sesiones de trabajo de senadores y/o de diputados, se entretienen con lo que dicen es lo principal para el país: LA LUCHA A MUERTE CONTRA LA CORRUPCIÓN.

El que llegó de fuera (al otro lo trajeron de fuera) el Covid-19 lleva enseñoreándose sobre los mexicanos, casi seis meses, ha cobrado la vida de 46 mil mexicanos hasta este 30 de julio, son ya 416,179 los casos que presentan la enfermedad y son casi 7,000 en promedio los mexicanos que se suman diariamente el contagio de la enfermedad.

No hay claridad por parte del presidente de la República, la Secretaría de Salud, sobre el ¿Qué hacer? para parar la maldita enfermedad. El sistema de salud de nuestro país está enfrentando: la muerte y la falta de médicos, enfermeras, trabajadores de la salud; la falta de hospitales para la atención de los pacientes; la falta de equipo de los hospitales y clínicas. Se ven en los medios, las largas filas de pacientes esperando en la entrada de los hospitales, y se ven los cadáveres apilados en la parte trasera de los hospitales, en salas o estacionamientos; las largas columnas de carrozas fúnebres en las entradas de los crematorios, de los cementerios; largas hileras de hoyos escavados para depositar los cadáveres. Son visiones dantescas, escalofriantes y deprimentes.

Son el resultado de la negación del problema, de la inacción, de la parálisis, de la frivolidad con que se trata la vida y los asuntos de los mexicanos, remember el detente (escapulario), el trébol de cuatro hojas y el ojo de gringa (billete verde), del presidente, así como la negación de la evidencia científica para paliar el contagio y por tanto la enfermedad: las pruebas para aislar a los afectados y evitar el contagio, el uso del cubrebocas, la sana distancia y el gel antibacterial. El desprecio por la vida de los mexicanos, pues el Sr. Presidente sólo usó cubrebocas y se hizo la prueba cuando iba a estar con el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica Donald Trump; si está en la capital de nuestro grandioso país o va de gira al interior del mismo a la provincia mexicana, no usa ni cubrebocas, ni gel, ni nada, porque no le importa la vida de los mexicanos, y contradiciéndose con su dicho demagógico de que él es mandatario (mandado, el que obedece) y el pueblo el mandante (el que manda), él impone su “autoridad moral” dijo L. Gatell, su capricho, mostrando su desprecio por el pueblo, lo manipula y engaña.

La realidad que es terca, le muestra todos los días, al pueblo trabajador como van cayendo sus hermanos por la desatención gubernamental, para enfrentar el Covid-19. Y para encubrir dicha realidad y el que el gobierno no haga lo que debe de hacer, se recurre a ocultarla queriendo interesar al pueblo en el "gran paradigma" del gobierno del cambio: traer de lejos al corrupto para seguir corrompiendo y usarlo para ocultar la terrible mortandad, que los acusa.

El pueblo de México no debe prestarse a la maniobra, hay que unirse en un gran frente para denunciar el hecho y para luchar por conquistar el poder municipal, estatal, las diputaciones locales y las federales, para poder parar la mortandad y el deterioro del país.

Tus comentarios ayudarán a tus amigos y a otras personas a conocer más sobre esta noticia.