CUARTO OSCURO

El pañuelo amarrado

Por: Rigoberto Hernández Guevara, 12-02-2018 .

La ciudad es un pañuelo con sus duras cicatrices y humedades. La historia cuenta los sueños y las realidades por encima y por debajo de las calles. Seres que caminan ausentes nos acompañan. La ciudad tiene esa presencia de ausencias y desencuentros.
En el pañuelo, tejido con las manos a base de estrujarlo, se forman las emociones, se acallan las lágrimas de una noche oscura y otra alumbrada en las mejillas de las mujeres más bellas.
Gracias a un pañuelo el hombrese salva, es un torniquete para la sangre, un paliativo de heridas y derrames del alma.
Las calles escurren porlatela que practica una costumbre de sonarse las narices, pero pronto la rebelión del pañuelo enseña su vocación ante un dolor pasajero, ante una mala noticia y más aún en las noticias alegres.
De alguna parte del cuerpo el hombre saca el pañuelo. Es una técnica muy vieja la de pedir paz alzando el pañuelo blanco en medio de una pelotera sinsoldados en un desierto. Pero también cubren bocas en rostros malditos que acechan a las puertas.
En el formato las viejas actrices de reparto lo único que tienen que hacer durante su guión efímero es sacar el pañuelo y llevarlo a un ser inexistente que les espera en el otro lado del puerto.
En el pañuelo se enreda eldineroy jamásse encuentra, es un escondite secreto que a veces hasta que la persona muere se logar desatar del cuello.
El pañuelo seca el cuchillo que partió la naranja, el agrio limón del esfuerzo en la cara, la sal, la tibieza del mar resbalando por el cuerpo.
Elpañuelo, ese objeto personal se vuelve comunitario si hay necesidad. Por lo generales personal y se amolda al dueño, casi solo, de entre la solapa se asoma para desde ahí sacar un conejo, una paloma blanca que alverse liberada vuela.
En su democracia proclive al pueblo, el pañuelo no sabe si es de seda o de simple tela. Qué bueno, ese consuelo queda.
Es un ave blanca el pañuelo, una manifestación de prestigio si va en la pequeña bolsa del frac, un retorcido y arrugadopensamiento.
Amarrado a otros pañuelos el pañuelo salva vidas duranteunatormenta de arena. En el resfriado y el dolor de cabeza se aprieta y juega su parte fundamental en las llagas de emplasto de la piel, como corazones que se besan si se encuentran.
Los pañuelos tapan losojospara no ver la hora en el reloj, ni la piñata rota. Se ha vuelto un juego de niños en la gallina ciega de patios perdidos en los suburbios. Ha bajado sin esfuerzo a recoger hiloshechospedazos para limpiar penas y desconsuelos.
Elpañuelo, ese espacio cuadrado, pues no he visto uno redondo, también es cobija, cinturónde filibustero, escondite de tesoros y armas de fuego. Terrible acaparador de adornos envestidos de mujer y de sudores ajenos.
Si lo colocasenla manoes una distinción dependiendo del color. En la cabeza detiene el sol.
En las plazas de toros se saca lleno de emoción y seagita para acompañar al torero que lo ve como un anuncio de que comienza su duro camino al éxito o a las bardas inalcanzables en la fiesta de San Fermín durante las correteadas.
Desde hace mucho tiempo el pañuelo baila con los chilenos en la a chilenas, con las jaranas en Yucatán, en las zumbas argentinas y no se cansa de bailar en los ojos, por abajo, por encima, como el cuerpo, como el alma que se tiende en el aire y vuela como golondrina y vuelvecomo una nube en el cielo bajo, cerca del suelo.
NOS VIMOS

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