Hoy puedo cambiarlo todo. Voltear la tortilla, ir por otros caminos, recorrer la calle por la cual no haya pasado.

Puedo cambiar el rostro de triste a alegre si me lo propongo a la hora que guste, sonreír, hablar o quedarme callado a propósitode alguien o de todos. La gente puede o no reparar en uno en lo particular o tomarlo en lo general en la bola de masa amorfa que hacemos el ridículo, damos pena o somos producto del consumo popular.

Puedo cambiar de ropa, como de sueños y esperanzas de la noche a la mañana como florece el rosal en el patio inhóspito y olvidado del cuerpo. Puedo dejar de ser este que soy. Creer y descreer a la hora que así lo requiera, sin que por ello rompa mis esquema de buen samaritano de las causas ajenas.

Cambiar por cambiar o no hacerlo nunca, seguir con la vieja consigna familiar, las tradiciones del hombre y la mujer en el hogar, pero también viajar e ir muy lejos de pronto en busca de una corazonada que lleve a la nada.

Dejar de hacer sabiendo que esa actitud pudiera molestar a los que desean verme triunfar en los espejos de la gente. No saben quién soy ni me buscan por dentro en latitudes en los que me encuentro siempre, en la soledad de una tarde.

Pero puedo cambiar y retorcer las esperasen la esquina del pasado. Los cortos aterrizajes del pensamiento, los resquicios que he visto de niño a orillas del asfalto pisando el pavimento.

Desde este hecho radical al cual tengo derecho utilizo la comisión de mis derechos humanos a prevalecer en el libre albedrío. Y un comité de soledades juntas podría arreciar como la lluvia y estaríacontento si fuera cierta tanta bendición en los esteros secos de mi nombre retumbando en mi cerebrodesierto.

En mi mente brillan los aconteceres responsables de este efecto con el que se cambia o se queda uno como está a falta de pruebas para consignar este olvido. Hay un empate entre el ser y no ser y por eso lo digo.

Uno cambia por dentro y por fuera y eso a quién le importa, a quién le importuna. Por lo más, la gente pasa un rato y después olvida, a todo se acostumbra, la piedra que estorbaba de pronto no estorba, a alguien le dio flojera quitarla, se hizo vieja, se quedó a la espera, sirvió para que se posara una rana y junto a ella se desarrollara la hierba.

Puedo cambiar como la milagrosa mañana. La mismanoche que aguarda la luna se hace mañana. Siempre lo hacen en las largas caminatas, mientras el hombre cruza los continentes cambia el alma y las razones, cambia la vida y se resquebrajan los corazones.

Puedo cambiar ahora o mañana, cambiar a cada rato, cambiar siempre a cada paso, a cada respiro en cada decisión puedo cambiar el nombre, el llanto, la alegría, el feroz coraje los arrumacos de gato en el cuarto, puedo cambiar si quiero o no, si ese es mi propósito o no lo es, sino el de otros que vinieron a visitarme.

Puedo cambiar por influencias, porque me lo dijeron y es cierto, puedo hacer caso a la vecina rota y descocida de años creciendo y envejeciendo de moho en las paredes. Como la luz que cambia puedo cambiar, como la hoja que cae y se pierde en el humus, como el árbol, el perro que ladra a su miedo.

Cambio a cada rato con cada segundo, de modo inevitable cambio, cambio por todo y por nada y cambio solo, nadie podría impedirlo. Y yo mismo el día que lo desee, con una piedra en la mano, por amor, puedo cambiarlo todo por nada.

NOS VIMOS