Bien sabido es que durante la Segunda Guerra Mundial México se había abstenido de intervenir en ella por varias razones, principalmente por la gran amistad que mantenía con Alemania, razón por la cual los países aliados, principalmente Estados Unidos de Norteamérica, idearon la forma para hacerlo entrar en el conflicto internacional y para esto hundieron dos barcos mexicanos siendo estos el Faja de Oro y el Potrero del Llano, culpándose de este atropello a Alemania cuando realmente había sido Estados Unidos de Norteamérica.

Fue así como México entró a la guerra pero en contra del Eje Berlín, Roma y Japón, sus antiguos amigos.

En esos años de los cuarenta y cuarenta y cinco del siglo pasado las madres del pueblo de mis mayores andaban rete espantadas porque se corrió la versión de que el gobierno federal había ordenado fueran enlistados en el ejército todos los mayores de dieciocho años de edad, razón por la cual cuando los domingos existía la obligación del Servicio Militar Obligatorio siempre las madres como las esposas llorosas despedían de casa a los varones llevándoles alimentos envueltos en papel ó toallas para que se los comieran en el camino pues ante el temor de no volverlos a ver no querían pasaran hambres.

Para el mediodía del domingo ya estaban de regreso en casa y cuando las mujeres preguntaban qué había pasado ellos decían que nada pues solamente los llevaban a marchar y limpiar las orillas de las calles pero eso si él lonche no lo perdonaban y se lo comían.

A propósito si alguien no quería marchar se tenía que poner a mano con un tostón o con un peso para el cabo o el sargento.

No había disculpa.

Hoy, como podrán observar nuestros lectores, ya no hay “marchadera” y tal vez esta sea una de las razones por las cuales la juventud de ahora anda un tanto desorientada y descarriada.

En fin, dicen que son ideas modernas.

Vaya usted a saber.

A caray, ayer por eso de la tarde el pueblo de mis mayores se quedó sin el servicio eléctrico y es día que no sabemos del porqué pero presumimos debe aumentarse el potencial del mismo ya que se aproximan fuertes calores y la temporada es larga todavía.

Afortunadamente fue por una breve sobrecarga.

A propósito cuando tenga oportunidad de ir a Tampico no se le olvide visitar la catedral pues el mosaico que cubre el piso de la misma es de origen alemán.

Fue un obsequio de Alemania a México antes de la Segunda Guerra Mundial.

De vez en cuando nos gusta volver los ojos al pasado y recordar algunos detalles del pueblo de mis mayores como es el caso de un conocido personaje llamado don Filiberto Sánchez que le gustaba “aventarse” dos que tres cervecitas siempre y cuando fueran invitadas.

Para esto se hacía presente en un bar o tienda de las de antes y sin decir o pedir algo se sentaba en una silla hasta que un parroquiano le mandaba una teniendo por costumbre aceptar la invitación levantando dos dedos de la mano derecha, siendo estos el dedo más grande y otro chico pero manejando el dedo grande hacía entender que la cerveza la quería tamaño familiar.

No, si los viejitos de antes también tenían lo suyo.

Sabían escoger sin hacer muecas.

Hoy si no les invitas una te la rayan.

HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE