Por costumbre familiar y social sabemos el día en que nacimos pero jamás
tratamos de indagar la hora y el lugar donde vimos por vez primera la luz, es
mas ni nos preocupa como tampoco nos incomoda e incluso ni las antiguas
actas de nacimiento lo señalan pues simple y sencillamente marcan el día en
que llegamos al mundo donde vivimos y con eso es más que suficiente, razón
por la cual digo que si una persona me preguntara tal detalle de mi vida
simplemente respondería “no se”.

Traigo a colación lo anterior porque mañana sábado estaré cumpliendo ni
más, ni menos que setenta y siete años de edad, lo que quiere decir que ya no
me cocinan al primer hervor y esto no es que me preocupe pero entiendo que
tanto los padres como el Oficial del Registro Civil deberían de anotar en la
acta de nacimiento la hora y lugar del nacimiento de cada uno de los recién
llegados a este mundo, por lo tanto ahí les dejo la sugerencia.

Ah, no habrá fiesta como tenía por costumbre hacerla pues La Patria está
rete jodida y cuando mucho tendremos un mole casero en familia.

A propósito hace varios años y encontrándome frente a una iglesia de Ciudad
Victoria, Tamaulipas, se me acercó un señor de mediana edad para pedirme de
favor si quería servir de testigo en el registro religioso de su hijo y así lo hice pero si usted lector o alguien más me preguntara como se llama mi ahijado, donde vive y quiénes son sus padres de plano les respondería que no lo sé.

En fin así se estilan hoy estos asuntos, lo que quiere decir que poca importancia dan algunos padres al registro civil y religiosos de sus hijos.

Antes ni para cuando ocurriera esto y tanto el padre como la madre desde mucho antes de nacer el niño ya estaban pensando en quien escoger como padrino o
madrina de su hijo pues aseguraban que estos serían como unos segundos padres
para su retoño.

Ojalá el amable lector no se les parezca ni en lo más mínimo a esta clase de padres, salvo en aquellos casos de una extrema necesidad.

Ah, no se les olvide que mañana es día de baño por lo tanto el Río Guayalejo así como el Río Sabinas dentro del municipio de Llera los espera con sus frescas y cristalinas aguas este fin de semana en la seguridad que no se van a arrepentir pero también se les informa que tenemos en Llera dos confortables hoteles ubicados alrededor de la plaza, servicio de taxi, una central de autobuses, restaurantes, puestos de vendimia, internet, servicio telefónico, telégrafo, calles limpias y en buen estado, un buen panteón por si se les ofrece , una pintoresca cárcel municipal, una estupenda policía ministerial y demás
cuerpos de seguridad.

También podrán saborear dentro del pueblo el rico menudo de res,
carnitas de puerco, la carne asada, el mole de pollo, los frijoles a la charra,
el arroz con garbanzo y párele de contar por lo tanto es tiempo de
“romper el cochinito”.

Palabra, yo se lo que les digo.

HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE